En el Df estuve el lunes, martes y miércoles pasados. El lunes llegué como a las 12 pm a Tasqueña. De ahí tome el metro al Zócalo, y salí a la superficie por mi salida favorita...la de la Plaza de la Constitución, que mientras vas saliendo por ahí te ofrece una espectacular vista de la bandera monumental, y una vez saliendo del metro a tu derecha te queda catedral, y en camara lenta sigues volteando a la derecha y te recibe el Palacio Nacional. Esta ha sido y sigue siendo mi manera favorita de salir del metro en la parada del Zócalo. Y lo hice conciente de que iba a ser la última vez que lo iba a hacer en no sé cuanto tiempo...
Esta es una de las razones por las que quería pasar por el DF, que ya lo conozco bastante bien, pero es una forma de despedirme de una de las ciudades que más me atrapan por su historia y lo que significa para nosotros los mexicanos.
Con mi mochila al hombro y la guitarra en una mano me dirigí hacia Catedral, y en República de Cuba di vuelta a la izquiera, caminé dos cuadras, pasé por el ciné para adultos que lleva ahí años y llegué al Hotel Habana (que por cierto me recomendó María hace años) y me hospedé. Pensaba ir al museo de las intervenciones pero como era lunes estaba cerrado, así cómo la mayoría de ellos. Entonces entré a Catedral un rato, fui a saludar a don Agustín de Iturbide (que por cierto también el corazón de Anastasio Bustamante está ahí) y luego fui a visitar y despedirme de una mujer que hacía mucho no veía...
Así que tomé el metro rumbo a la Basílica de Guadalupe, estuve ahí un rato, me compré un escapulario nuevo, porque el que tenía antes lo dejé en el Monte de las Cruces (Kriziu Kalnas) en Lituania, y me puse a platicar un rato con la morenita.
Despúes regresé un rato al centro y me puse a caminar por sus calles. He tenido la suerte de caminar por muchas calles, por muchos centros, de muchos lugares...pero nunca me canso de caminar por el centro del DF. Son puros palacios! Y me transporto a la época colonial.
La primera vez que estoy en un lugar ajeno a mi que me gusta no puedo dejar de tomar fotos...pero cuando la vida me da la oportunidad de regresar (como cuando regresé a Madrid, Praga, Berlín, Budapest, Dublin, Cracovia entre otros), no me dan ganas de sacar la cámara. No sé, siento que le estoy faltando el respeto a ese lugar, lo veo como a una persona con la que me tomé una foto cuando recién la conocí, y después quererle tomar fotos a cada rato se me hace un poco grosero.
Pero igual, a la hora de irse, uno quiere la foto de despedida, entonces el último día que tengo en ese lugar, una vez más no puedo dejar de tomar fotos, jaja. Y eso me pasó ahora en el DF.
Eso fue el lunes, el martes fui al Museo de Antropología, que nunca había ido. Estuve horas y horas viendo y aprendiendo de donde venimos como mexicanos, quienes habitaban aquí antes que nosotros. Es impresionante la herencia que tenemos...no podía dejar de tomar fotos.
También estuve un rato en Torre Mayor, el Castillo de Chapultepec y Coyoacán. Una vez mas no tomé fotos...solo quería estar un rato y ver algo que durante 7 años tuve tan cerca y que ahora tendré lejos.
El Miércoles amanecí bien cansado, pero con ánimos porque ese día me iba a Querétaro a las 6 de la tarde. No conozco Querétaro. Y me la pasé una vez más caminando por las calles del centro, por el zócalo, y ahora si tomé mis fotos, jeje. Me empezó a entrar la nostalgia, porque luego de salir del DF, ya empezaba la parte de mi recorrido en la que iba a estar en lugares nuevos. Y también significaba que ahora sí me alejaría de Cholula y todo lo que significa para mi...pero no me quedaba más que seguir adelante.
No sé crean, esta transición sí ha sido difícil. Hay veces que me pega la nostalgia muy fuerte y me dan ganas de tomar decisiones más con el corazón que con la cabeza...pero tengo que seguir con mi viaje, me propuse una meta y quiero cumplirla...llegar a Tijuana por tierra y por el este, pasar la caseta de cobro de Tecate luego de unas semanas de haber viajado y saber que volveré a sentir el sazón del hogar en mi paladar.
Pero bueno, el miércoles a las 5 de la tarde volví a entrar bajo tierra, en el centro de lo que era la Tenochtitlán, tomé el metro y salí a la superficie en la terminal de autobuses del norte. Mi camión salió a las 6 de la tarde rumbo a Querétaro, donde me estaría esperando mi tío Guillermo Arvizu...
Ahí les seguiré contando...alratillo!
Esta es una de las razones por las que quería pasar por el DF, que ya lo conozco bastante bien, pero es una forma de despedirme de una de las ciudades que más me atrapan por su historia y lo que significa para nosotros los mexicanos.
Con mi mochila al hombro y la guitarra en una mano me dirigí hacia Catedral, y en República de Cuba di vuelta a la izquiera, caminé dos cuadras, pasé por el ciné para adultos que lleva ahí años y llegué al Hotel Habana (que por cierto me recomendó María hace años) y me hospedé. Pensaba ir al museo de las intervenciones pero como era lunes estaba cerrado, así cómo la mayoría de ellos. Entonces entré a Catedral un rato, fui a saludar a don Agustín de Iturbide (que por cierto también el corazón de Anastasio Bustamante está ahí) y luego fui a visitar y despedirme de una mujer que hacía mucho no veía...
Así que tomé el metro rumbo a la Basílica de Guadalupe, estuve ahí un rato, me compré un escapulario nuevo, porque el que tenía antes lo dejé en el Monte de las Cruces (Kriziu Kalnas) en Lituania, y me puse a platicar un rato con la morenita.
Despúes regresé un rato al centro y me puse a caminar por sus calles. He tenido la suerte de caminar por muchas calles, por muchos centros, de muchos lugares...pero nunca me canso de caminar por el centro del DF. Son puros palacios! Y me transporto a la época colonial.
La primera vez que estoy en un lugar ajeno a mi que me gusta no puedo dejar de tomar fotos...pero cuando la vida me da la oportunidad de regresar (como cuando regresé a Madrid, Praga, Berlín, Budapest, Dublin, Cracovia entre otros), no me dan ganas de sacar la cámara. No sé, siento que le estoy faltando el respeto a ese lugar, lo veo como a una persona con la que me tomé una foto cuando recién la conocí, y después quererle tomar fotos a cada rato se me hace un poco grosero.
Pero igual, a la hora de irse, uno quiere la foto de despedida, entonces el último día que tengo en ese lugar, una vez más no puedo dejar de tomar fotos, jaja. Y eso me pasó ahora en el DF.
Eso fue el lunes, el martes fui al Museo de Antropología, que nunca había ido. Estuve horas y horas viendo y aprendiendo de donde venimos como mexicanos, quienes habitaban aquí antes que nosotros. Es impresionante la herencia que tenemos...no podía dejar de tomar fotos.
También estuve un rato en Torre Mayor, el Castillo de Chapultepec y Coyoacán. Una vez mas no tomé fotos...solo quería estar un rato y ver algo que durante 7 años tuve tan cerca y que ahora tendré lejos.
El Miércoles amanecí bien cansado, pero con ánimos porque ese día me iba a Querétaro a las 6 de la tarde. No conozco Querétaro. Y me la pasé una vez más caminando por las calles del centro, por el zócalo, y ahora si tomé mis fotos, jeje. Me empezó a entrar la nostalgia, porque luego de salir del DF, ya empezaba la parte de mi recorrido en la que iba a estar en lugares nuevos. Y también significaba que ahora sí me alejaría de Cholula y todo lo que significa para mi...pero no me quedaba más que seguir adelante.
No sé crean, esta transición sí ha sido difícil. Hay veces que me pega la nostalgia muy fuerte y me dan ganas de tomar decisiones más con el corazón que con la cabeza...pero tengo que seguir con mi viaje, me propuse una meta y quiero cumplirla...llegar a Tijuana por tierra y por el este, pasar la caseta de cobro de Tecate luego de unas semanas de haber viajado y saber que volveré a sentir el sazón del hogar en mi paladar.
Pero bueno, el miércoles a las 5 de la tarde volví a entrar bajo tierra, en el centro de lo que era la Tenochtitlán, tomé el metro y salí a la superficie en la terminal de autobuses del norte. Mi camión salió a las 6 de la tarde rumbo a Querétaro, donde me estaría esperando mi tío Guillermo Arvizu...
Ahí les seguiré contando...alratillo!
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