sábado, 25 de septiembre de 2010

He vuelto!

Hoy sábado me levanté en la mañana muy de buenas. De hecho cuando me desperté, ya no pude dormir, así que me quedé despierto. Y ahí, acostado en mi cama, pensando en lo que acababa de pasar, vi una hormiguita pasar al lado de la foto que recuperé.

Una hormiguita muy pequeña. Caminaba muy lento. Y me puse a pensar en todo lo que tuvo que pasar para llegar hasta mi cuarto. Osea, entrar a la casa, subir dos pisos, caminar por el pasillo y entrar a mi cuarto.

Me pregunté, cuanto avanza una hormiguita al dar un paso? Un milímetro? Medio milímetro? Cuanto tiempo se tardó en llegar a pasar frente a tu foto? Horas tal vez? Pero sabes que...llegó! A final de cuentas, la hormiguita...llegó!

Yo creo que el arriero lo sabía bien, muy bien. El arriero conocía muy bien a las hormiguitas. Seguro un día mientras trabajaba en el campo se detuvo y se puso a observar a una hormiguita. Se le quedó viendo un rato y llegó a la misma conclusión....se tardarán siglos...pero paso a pasito....llega!

Esto se le quedó muy grabado al arriero mientras trabajaba. Y al terminar su jornada laboral, al arriero se le ocurrió ir a una cantina. Digamos que a una cantina de Guanajuato. En esa cantina el arriero conoció a un charro. Eran extraños y brindaban juntos. Después se pusieron borrachos juntos. Y hablaban de mujeres y traiciones. Pero de pronto, de la nada, al arriero se le ocurrió hablar de la hormiga!

Y el charro se sacó de onda. Así, sin más, pasaron de hablar de mujeres a hablar de...hormigas! Y el arriero hablaba y hablaba de la hormiga. "En serio...es tenaz tenaz la hormiguita...se tarda un chingo...pero sabes que? La hormiguita sabe llegar. Sabe llegar!".

La noche siguió dando paso y se hizo tarde. Tan tarde...que se hizo de día. Y salieron de la cantina más borrachos que vivos, el charro y el arriero.

Meses después el charro se encontraba otra vez en una cantina, pero esta vez acompañado de su guitarra, y estaba tratando de escribir una canción. Poco sabía que esa canción se iba a convertir en la más famosa de su repertorio. Pero tenía un problema...se le había ido la inspiración. Sólo le faltaba un verso para terminarla. De pronto, se acordó de aquella noche en la que un arriero le contó la historia de la hormiguita. Y la inspiración volvió! Y entonces él escribió:

"Después me dijo un arriero
Que no hay que llegar primero
Pero hay que saber llegar."

Yo soy una hormiguita cool...

y he vuelto a escribir como antes! Alratillo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente entrada, me gusta mucho la forma en la que te expresas. Y la carita de la hormiga Arvitze es genial jeje.
Un beso

El Andariego dijo...

Muchisimas gracias señorita anónima! Me da gusto que le guste! y la carita es carita de "me peldooooonaaas?" :)
Sígame leyendo Ms. Poop!